Dra. Mónica Medina

INCONTINENCIA URINARIA

La incontinencia urinaria consiste en la pérdida involuntaria de orina. El afectado tiene una necesidad imperiosa y repentina de orinar pero es incapaz de retener la orina. Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico. Supone un problema higiénico, social y psíquico, ya que influye en la actividad cotidiana del enfermo y reduce su calidad de vida. La incontinencia no es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de una alteración en la fase de llenado vesical que se presenta en numerosas enfermedades. Es más común entre las mujeres, los niños (enuresis) y los ancianos, afectando a más del 15 por ciento de los mayores de 65 años no institucionalizados y al 35 por ciento de los ingresos en los hospitales.

 

Causas


La incontinencia urinaria puede manifestarse a cualquier edad y en ambos sexos. Sin embargo, es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Se produce cuando la presión dentro de la vejiga es superior a la presión en la uretra. Este trastorno puede deberse a una hiperactividad del detrusor que, en algunos casos, es motivada por un problema neurológico; por una alteración del esfínter externo y de los músculos del suelo pélvico; por el fallo del esfínter interno por relajación inapropiada o lesión orgánica, o por un daño neuronal.

 

Tipos


  • Incontinencia urinaria de esfuerzo. La pérdida de orina se produce al realizar cualquier movimiento o actividad física. La risa, el estornudo, el deporte, la carga de objetos pesados o el mero hecho de ponerse en pie o agacharse puede provocar escapes de orina que van desde unas gotas hasta un chorro. Afecta a más de un millón de mujeres. El origen de esta incontinencia se encuentra en la uretra, que en la mujer es corta y está en la vejiga y en los genitales externos. El esfuerzo físico, aunque sea leve, provoca un aumento de la presión en el abdomen y en la vejiga, pero no es transmitida a la uretra, lo que desencadena la incontinencia. El embarazo y la edad provocan una pérdida de elasticidad y de tensión en el suelo pélvico, por lo que la vejiga y la uretra caen y sus mecanismos de continencia sólo son efectivos en reposo. Este tipo de incontinencia no está asociada a la necesidad de orinar.
  • Incontinencia urinaria de urgencia. Consiste en la pérdida involuntaria de orina asociada a una necesidad imperiosa y repentina de orinar. Por lo tanto, existe una consciencia previa. El origen de esta incontinencia se encuentra en el detrusor. Se pueden distinguir dos tipos de incontinencia urinaria de esfuerzo:
    – Incontinencia sensitiva Es provocada por un aumento de los impulsos sensitivos desde los receptores de tensión/presión que se encuentran en las paredes de la vejiga. Aparece una sensación temprana de plenitud y urgencia por orinar. Puede estar asociada a enfermedades.
    – Incontinencia motora: La pérdida de orina es motivada por una hiperactividad del detrusor, es decir, un fallo en la inhibición motora del reflejo de la micción. Está causada, principalmente, por mecanismos psíquicos, esfuerzos u obstrucción.
  • Incontinencia urinaria mixta. La pérdida de orina se produce por un hiperactividad del músculo detrusor y un trastorno en los mecanismos esfinterianos. En este caso, la incompetencia del cuello vesical permite la entrada de orina en la uretra proximal. Como consecuencia, el detrusor entiende que se ha iniciado la micción y libera el reflejo que produce su contracción.
  • Incontinencia urinaria por rebosamiento. La pérdida de orina se produce porque la vejiga se encuentra distendida por obstrucción e imposibilidad de vaciado. S
  • Incontinencia urinaria de causa neurológica. Engloba las alteraciones de la dinámica miccional que se originan en el sistema nervioso. En su desarrollo influyen los accidentes cerebrovasculares, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y las lesiones medulares.

 

Diagnóstico


En primer lugar debe confirmarse que se trata de una pérdida de orina totalmente involuntaria y objetivamente demostrable. Para establecer un diagnóstico correcto hay que establecer los factores externos y los trastornos de las vías urinarias que originan la incontinencia. Será necesaria una exploración física minuciosa que incluya un examen de la sensibilidad perianal, y estudios analíticos, radiológicos y urodinámicos.

 

Deben tenerse en cuenta los antecedentes personales y las enfermedades concomitantes, como las enfermedades neurológicas, patologías sistémicas con repercusión sobre el sistema nervioso central, y las intervenciones previas que hayan afectado al tracto urinario (uretrotomías, resección transuretral de próstata, etcétera), al abdomen y pelvis (resección abdominoperineal de colon o histerectomías), y a la columna vertebral (descompresiones o laminectomías). Asimismo, hay que controlar la medicación que toma el enfermo, ya que algunas sustancias pueden desencadenar o agravar la incontinencia. Junto a los análisis de sangre se pueden realizar otras pruebas complementarias:

  • Radiografía simple de abdomen: permite diagnosticar la litiasis vesicular que causa la incontinencia urinaria de urgencia, sobre todo en pacientes con hipertrofia benigna de próstata.
    Urografía intravenosa: sirve para valorar la morfología y el correcto funcionamiento de las vías urinarias altas.
  • Ecografía vesicoprostática: diagnostica la litiasis y los tumores vesicales, medir la próstata y determina su obstrucción.
  • Estudios urodinámicos: evalúan la actividad funcional del tracto urinario inferior en la fase de llenado y vaciado vesical.
Dra-Monica-Medina-Ginecologia-y-Obstetricia-Quito-FAVICON

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